Hoy hemos dedicado la mañana a visitar 4 comunidades del llamado cinturón de miseria de Managua.
Estas comunidades se desarrollan a pocos minutos de la capital, cerca del aeropuerto y las zonas francas.
Según lo que hemos conocido de Managua en días anteriores no he podido apreciar que sea una ciudad muy estructurada, con un centro definido, son todo barriadas con casas de un nivel y tan solo algún edificio de varias alturas que pertenece a un banco extranjero, lo poco que resistió al terremoto del 72.
Las comunidades que se desarrollan alrededor de la ciudad son producto de una época en la que la población campesina no entraba dentro de los planes o políticas de desarrollo del gobierno liberal y por tanto mucha gente se desplazó a la capital formando comunidades que buscaban una situación "mejor"...
Ahora concentrados, en unas condiciones bastante desfavorables, viven de la agricultura en zonas poco productivas y bastante insalubres, sin escrituras de sus tierras y en continua amenaza de perder sus pocas pertenencias por las subidas del nivel del agua.
Esto es lo que ocurrió en la primera comunidad que visitamos,
CHAGÜITA, 45 familias afectadas por la subida del agua, con lo que perdieron todo, ahora ubicadas provisionalmente alrededor de un camino con casas de chapa buscando una solución para ubicarse en un lugar fijo sin peligro para salir adelante.
Cuando llegamos la implicación de la comunidad fue total, receptivos a nuestra visita ya que éramos los primeros visitantes que nos interesamos sobre el terreno en conocer su situación.
Quieren comprar el terreno de al lado del camino dónde podrían ubicarse y tener sus animales cerca de la vivienda pero el propietario que vende la manzana a $11.000 en caso de comprarlo al contado, hincha el precio hasta $60000 para hacerlo a plazos. Lógicamente no disponen de la cuantía necesaria para poder adquirirlo y no hay banco que les de crédito. Esta es la solución planteada por ellos, todos de acuerdo.
Pero también hemos conocido que el gobierno está construyendo viviendas para alojar a 2500 personas en terrenos próximos, ellos no quieren desplazarse a esta zona por posibles problemas de convivencia y por no tener disponibilidad de llevar sus animales, que es de lo que viven ahora.
Desde luego que nos sensibiliza y volvemos al autobús con un intenso debate, la situación no es fácil.
La visita a la segunda comunidad,
ACETUNO es bien distinta, aunque las condiciones no son tampoco buenas, están organizados en una cooperativa, administrada por mujeres, de 40 socios. Viven del campo, y recuerdo que seguimos estando a solo unos minutos de la capital.
El tema de que estas cooperativas las lleven las mujeres es con el fin de crear un vínculo de dependencia en la familia entre el hombre y la mujer, el hombre en muchas ocasiones abandona el hogar o se gasta el dinero en bebida dejando a la mujer sola sin recursos y con menos posibilidades de trabajo. De este modo están contentos, trabajan y se organizan bien. Aquí muchos reciben el bono alimentario, que consiste en unas cuantas gallinas y un gallo para que puedan tener sus propios huevos y de un seguimiento para que sean conscientes de que es más productivo mantener el animal antes que comérselo en malos momentos.
Funciona bien, pero dicen que van poquito a poco, necesitan escuela y centro médico para tener unas condiciones más dignas y un proyecto de futuro.
En la tercera comunidad,
LA CURVA,dónde viven 400 familias, con problemas parecidos, están construyendo una escuela por iniciativa propia y pretenden una vez esté hecha que el gobierno les facilite un profesor, ahora los niños se desplazan a más de 2km para poder formarse. Pese a las difíciles condiciones aprecio un pensamiento comunal, el problema de alguien es el de todos y se intenta dar solución con ayuda de todos. Lo mismo ocurre con la asistencia médica, demasiado lejos de un centro para poder atenderles de urgencia, además de accesibilidad muy limitada.
Por último visitamos la comunidad de
LA MONTAÑITA también somos los primeros que nos acercamos hasta ellos para conocer sus llamamientos y peticiones. Viven sobre un manto de agua dónde se ubican cantidad de depósitos que suministran al resto de la población de Managua, pero ellos no disponen de ella. Están menos organizados, no tienen escrituras de sus tierras y tampoco pertenecen a una cooperativa. Entre todos llegamos a la conclusión que lo primero es organizarse para conseguir eso que es lo que más necesitan, sus escrituras, sin olvidar que tampoco disponen ni de agua ni de luz. Difícil situación pero muy agradecidos poder haber sido escuchados. Quieren un plan a largo plazo, ayuda en asesoramiento y seguimiento de sus labores, recomendaciones e información ya que no todos tienen una formación básica.
Son también cerca de 40 familias y no se cansan en bendecirnos y desearnos mucha suerte en nuestro camino, la misma que yo quiero para ellos ya que lo merecen. Agradecido estoy yo por habernos recibido como lo han hecho, de esperarnos y decirnos que somos bienvenidos siempre.
Nosotros ahora lo que más podemos hacer es divulgar su llamamiento, para que sean más ojos los que puedan percibir estas situaciones y así sean más escuchadas sus necesidades.
